«Un
día que ángeles y demonios fueron a presentarse ante el Señor, le preguntó
Satán: “¿Vuestra Majestad ha leído los Evangelios, esos libros que hablan de su
Hijo? Dicen cosas tan distintas, a veces tan contrarias, que parecen escritos
para que la gente pierda la fe en él. A Mateo, Marcos, Lucas y Juan debería
mandarlos conmigo al infierno”».
Con esta denuncia, inspirada en el libro de Job, se aborda el problema de la verdad de los evangelios, Mientras Satán defiende el punto de vista del hombre moderno, obsesionado con lo que ocurrió realmente, los evangelistas defienden el valor de los símbolos como forma de transmitir un mensaje más universal y profundo.